La policía de
Perris, una pequeña localidad al sureste de
Los Ángeles, encontró a tres niños esposados con cadenas y candados en su hogar sucio y maloliente después de recibir una llamada de auxilio al 911 de su hermana de 17 años, que logró escapar.
Estaba tan "demacrada" que los oficiales primero pensaron que era una niña pequeña.
"Si uno puede imaginar tener 17 años y parecer de 10, estar encadenado a una cama, estar
desnutrido y tener
lesiones como consecuencia, a eso lo llamaría
tortura", dijo el jefe de policía de Perris, Greg Fellows, en una rueda de prensa.
Los oficiales también asumieron inicialmente que el resto de los hermanos eran menores de edad, pero quedaron "conmocionados" al descubrir que siete tenían en realidad entre 18 y 29 años.
Los 13 fueron llevados a hospitales de la zona, tratados por
desnutrición y sometidos a otras pruebas de diagnóstico.
"Las necesidades a largo plazo de estos niños serán psicológicas y psiquiátricas debido a los períodos prolongados de inanición y maltrato", dijo Sophia Grant, directora médica de la unidad de abuso infantil del
Riverside University Health System.
Mark Uffer, director del centro médico regional Corona, donde están internados los mayores de 18 años, describió su estado como "estable".
"Están cómodos y se encuentran en un entorno muy seguro", dijo. "Han pasado por una experiencia muy traumática. Puedo decir que son muy amables. Son muy cooperativos, y creo que tienen la esperanza de que la vida mejore después de esto".
"PARECÍAN VAMPIROS"
Los padres no pudieron explicar al momento del arresto por qué habían retenido a sus hijos. La policía dijo que no había indicios iniciales de abuso sexual, pero advirtió que la investigación aún estaba en curso.
Tampoco encontró señales de que la pareja sufriera alguna enfermedad mental, dijo Fellows, o de que las condiciones en que estaban sus hijos estuviera relacionada con creencias religiosas de la familia.
Las pesquisas confirmaron que los Turpin son los padres biológicos de los 13 hermanos, añadió.
Según la policía, la familia se trasladó en 2014 desde Texas a un barrio de clase media de
Perris, unos 110 kilómetros al sudeste de
Los Ángeles, y eligió educar a sus hijos en su casa de estuco de estilo español.
"Parecían vampiros pálidos y muy flacos", dijo Kimberly Milligan, una vecina, acerca de los tres niños que había visto. "Nunca recibían amigos o familiares".
"Muchas cosas fueron extrañas, pero no tanto como para llamar a la policía", agregó.
Los padres de
Turpin, que viven en el estado de
West Virginia (este), dijeron a ABC News que estaban "sorprendidos y conmocionados", pero que no habían visto a su hijo o a sus nietos en cuatro o cinco años.
En una página de Facebook bajo el nombre de David-Louise Turpin se puede ver a la pareja celebrando varias veces su propio matrimonio con sus hijos entre 2011 y 2016.
En el último bloque de fotos, publicado entre abril y julio de 2016, Louise luce un largo vestido de novia blanco y su esposo viste un traje. Un imitador de Elvis Presley sostiene un micrófono y posa con la pareja y sus hijos en una escena que recuerda a una boda en
Las Vegas.
Nueve niñas, todas con cabello largo y oscuro, llevan vestidos con motivo escocés fucsia y blanco, todos iguales, con medias blancas, mientras que una bebé tiene puesto un vestido rosa brillante. Tres niños, con el pelo oscuro con un corte taza como
David Turpin, visten trajes con corbatas rojas.
"Es realmente muy, muy triste, desgarrador", dijo Jamelia Adams, una vecina de la familia de 39 años, a la AFP.
Otro vecino, Julio Reyes, de 38 años, dijo: "Vimos a un par de adolescentes cortar el césped el año pasado y, sabes, pusieron decoraciones navideñas. Nunca pensé que algo así podría pasar".
David Turpin aparece en registros estatales como director de un colegio privado inaugurado en 2011, pero su dirección coincide con la de su residencia.
El caso recuerda otras casas del horror. En mayo de 2013, Ariel Castro, de Cleveland, fue arrestado tras secuestrar a tres jóvenes que violó repetidamente durante una década.
En 2009, Jaycee Dugard fue rescatada en California luego de ser plagiada con 11 años de edad y reiteradamente violada durante 18 años por Phillip Garrido.