La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, destapó este martes al exgobernador de Baja California, Jaime Bonilla, al felicitarlo “por su nombramiento como nuevo subsecretario de Gobernación”. Pero para ser funcionario del gobierno es requisito ser mexicano por nacimiento.
Al exgobernador de Baja California Jaime Bonilla se le vio otra vez ayer en el Palacio Nacional, segunda visita en menos de tres semanas. —¿Ya salió con chamba?— saltó la pregunta a su salida, pero Bonilla nada dijo y se fue.
La frecuencia de estas visitas a su amigo AMLO y su apresurada salida de la sede del Ejecutivo acrecentaron la versión de que ya había un acuerdo para su incorporación a un cargo dentro del gobierno de la 4T, según le prometió el propio Presidente en octubre pasado, a unos días de que concluyera su breve mandato.
En la mira del cuestionado y polémico exgobernador que fracasó en su leguleya intentona de prolongar a cinco años el periodo de dos para el que fue electo, siempre ha estado —según sus cercanos— la secretaría de Gobernación, pero siquiera pensar que fuera para él la titularidad de esa cartera, resulta francamente un despropósito, dada la reciente designación para el despacho del Palacio de Cobián de Adán Augusto López, amigo, paisano y hombre de todas las confianzas del Presidente de la República.
Malo sería el mensaje que con ese nombramiento enviaría, sobre todo en momentos en que crece la confrontación de Bonilla con su sucesora en el palacio de gobierno de Mexicali, Marina del Pilar Ávila, quien lo acusa de malos manejos de recursos públicos durante su administración.
Peor aún, reabriría el debate sobre la nacionalidad (o doble nacionalidad) del exgobernador de Baja California que el excandidato del PRD a la gubernatura Jaime Martínez Veloz presentó como uno de los argumentos centrales para impugnar la candidatura de Bonilla por Morena y su triunfo electoral en junio de 2019.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó días después que Bonilla renunció en 2012 a su nacionalidad estadounidense y que se le expidió el certificado de nacionalidad mexicana 1483.
Sin embargo, Martínez Veloz asegura que Bonilla contendió en 2016 por el cargo de director del Distrito de Agua de Otay, California, cargo para el cual se exige la nacionalidad estadounidense y un juramento de apoyo y defensa a la Constitución norteamericana, igual que el que hizo en agosto de 2008 para aspirar a ese mismo cargo.
Ser alto funcionario del gobierno mexicano plantea como requisito ser mexicano por nacimiento, condición preponderante en quienes recae la tarea de la gobernanza del país. Meter ese debate en el confrontado clima político, sugiere otro desgaste innecesario para la 4T.
Hasta el momento de escribir esta columna no había confirmación oficial de la eventual llegada a Bonilla a una subsecretaría que no está vacante, sino cancelada del organigrama.
Fuentes: Diarios, revistas e iternet
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