La verdad es lo que menos quieren, el presidente en la mañanera presume que, de 100 compromisos, ha cumplido 99 que solo le falta el caso Ayotzinapa que no tiene para cuando, y el tiempo se le acaba. 114 restos óseos heredados en custodia podrían identificar genéticamente su origen, sin embargo, parece que continuaran protegiendo su verdad histérica.
Absuelve AMLO a Ejército y a Peña Nieto por Ayotzinapa
Ni el expresidente ni el general Salvador Cienfuegos ordenaron la desaparición de los 43 estudiantes, asevera el Mandatario
Que además de lanzar alfilerazos al GIEI y a los asesores de los padres de los 43, AMLO expuso su hipótesis de que “la desaparición de los jóvenes fue responsabilidad de las bandas criminales en contubernio con autoridades locales”, por lo que descartó que fuera ordenada desde arriba por Enrique Peña o su entonces secretario de Defensa, Salvador Cienfuegos.
Ahora que se cumplieron 9 años de la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa, se hace necesario —de nuevo— hacer una revisión del proceso: se acumulan más de 3,285 días, dos gobiernos, múltiples marchas, comisiones nacionales y una internacional, fiscalías especiales, detenciones, liberaciones, promesas incumplidas, ocultamientos, y un largo peregrinar de padres y madres de los estudiantes que mantienen su reclamo de verdad y justicia, frente a un Estado que no ha podido cumplir con su obligación.
Por lo tanto, quedará como otra herida abierta y cada año seguirán las marchas de aniversario, porque, como en otras matanzas, no se logró verdad y justicia.
La prueba más ominosa de que ni la comisión de la verdad ni la fiscalía especial del caso Iguala tienen interés en “resolverlo” es la criminal negativa de enviar 114 restos óseos a la universidad de Innsbruck para su identificación genética.
La verdad histórica La PGR dio a conocer el resultado de sus investigaciones, en lo que llamó la verdad histórica de los acontecimientos y que se resumen en lo siguiente: El 15 de enero de 2015, la Policía Federal detiene a Felipe Rodríguez, miembro de la organización delictiva Guerreros Unidos, quien participó en el secuestro, homicidio y desaparición de los 43 estudiantes.
Los policías municipales de Iguala y Cocula le entregaron a Rodríguez Salgado a un grupo de estudiantes a quienes bajaron de las patrullas y los subieron a dos camionetas, las cuales fueron conducidas hasta el basurero, donde se les interrogó, ejecutó e incineró. De acuerdo con dicho informe, la confesión de Rodríguez Salgado coincide con lo narrado por otros detenidos, por lo que con ello se consolidó el móvil consistente en que los estudiantes fueron señalados por los delincuentes de formar parte del grupo antagónico de la delincuencia organizada en la región de la que Rodríguez Salgado era parte.
La investigación consta de 39 confesiones, desde los policías, hasta los que actuaron materialmente; 487 peritajes; 386 declaraciones; y 153 inspecciones ministeriales fueron los elementos aportados durante la investigación que permitieron concluir que los estudiantes fueron privados de la libertad, de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan, lo que dio lugar a ejercitar acción penal en contra de los 99 involucrados detenidos hasta la fecha del informe
Desde que la promovió la entonces respetable CNDH que ha chatarrizado su sectaria presidenta Rosario Piedra Ibarra, la recomendación basada en la más exhaustiva investigación en la historia penal mexicana lleva ya casi cinco años congelada.
Esos fragmentos forman parte de los más de 63 mil rescatados en octubre de 2014 por Tomás Zerón de Lucio en el basurero de Cocula y el río San Juan y el análisis de algunos permitió identificar a dos de los 43 normalistas: Alexander Mora Venancio y Joshivani Guerrero de la Cruz.
El reconocimiento de un tercero, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, se dio en la actual administración mediante el sospechoso hallazgo de un fragmento en La carnicería, hondonada que se encuentra a 800 metros del muladar. Este dato es muy relevante porque también allí fue hallado un fragmento más de Joshivani (de quien se habían hallado al menos dos en el basurero y el río San Juan).
Nadie ha explicado cómo llegaron a ese lugar, se aventura que su verdadera procedencia son el vertedero y el río.
Además de probar que Zerón confesó de veras que la “verdad histórica” fue fabricada bajo la directriz de Enrique Peña Nieto, el subsecretario Alejandro Encinas debe responder: ¿por qué no se han enviado los 114 fragmentos al laboratorio forense de la universidad austriaca?
La omisión es criminal porque, de no corresponder a otros o todos los normalistas, corresponden a personas cuyas familias ignoran desde hace nueve o más años dónde están.
Todo indica que la comisión y la fiscalía temen que sean identificados más estudiantes y se corrobore la solidez de la detestada “verdad histórica”.
Por ese y otros indicios, el presidente López Obrador jamás cumplirá su compromiso de echar abajo la narrativa del ex procurador Jesús Murillo Karam que nadie ha podido desmentir: policías municipales levantaron a los normalistas para entregarlos a sus asesinos de Guerreros Unidos, quienes quemaron, carbonizaron y despedazaron los restos de muchos o todos los jóvenes en el basurero y los arrojaron al río.
Las investigaciones que dejó abiertas el gobierno anterior (falso que se haya dado carpetazo al tema) han sido retorcidas, revueltas y pervertidas por el cuatroteismo hasta volverlas indescifrables. Deliberadamente las actuales autoridades han imposibilitando para siempre cualquier solución.
Y ni para mentir se ponen de acuerdo: plagiando datos por confirmar de la recomendación de la CNDH, que registró diez, probabilidades, de un día para otro dicen hoy que son siete o nueve los lugares donde los jóvenes fueron asesinados, enterrados o disueltos “en ácido”, basándose en mentiras de los homicidas reivindicados y habilitados como testigos protegidos, sin que a la fecha se haya dado con un solo hueso que lo demuestre…
A un año de que se vaya, las señales de su fracaso son abrumadoras y están costando vidas y sangre en todas las regiones, en todos los estados.
Nada indica que la situación vaya a cambiar a estas alturas del sexenio.
Dado que la ruta marcada por el presidente seguirá siendo la misma, tendremos que resignarnos a vivir aún 12 meses iguales (si no es que peores) que el que acaba de terminar.
12 meses más de pesadilla.
Superándose
Para la guardería de Hermosillo y la matanza de Ayotzinapa tiene el incendio de los migrantes en Juárez; para la Casa Blanca, la Casa Gris; para la Estafa Maestra, el escándalo en Segalmex; se dobló ante Trump más rápido que nadie; superó los muertos de Calderón y Peña Nieto; y militarizó el país más que cualquier otro.
Fuentes: Diarios, revistas e internet
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