12 de julio de 2017

Pescado muerto aún se mueve en charola


Así como lo ven este pescado ya está fileteado en una bandeja y aún se mueve, no es ilusión óptica o magia ni nada parecido sino una reacción química bastante perturbadora, que aquí te explicamos cómo se produce



Es un hecho que a nadie le gustaría ver que, al estar a punto de comer, sus alimentos se muevan.

Pero algo muy peculiar pasó en un restaurante japonés… Un pescado, incluso ya partido por la mitad y sin cabeza, comienza a “saltar” dentro del recipiente en el que fue colocado.

El video fue grabado por Yutaka Suzuki, y le está dando la vuelta al mundo.

Es obvio que el pescado está muerto, pero entonces ¿a qué se debe esta reacción? Nos queda claro que no se trata de magia ni de una ilusión óptica, en verdad este animal ¡se mueve! Sin embargo todo se trata de una reacción química, que provoca que los músculos del pez se muevan como si aún estuviera vivo e intentando escapar.

Cuando son pescados, a estos animales se les pone sal, y el cloruro de sodio provoca pequeñas descargas en los músculos, los cuales generan estos espasmos. Sin embargo, aunque sea algo “normal” no deja de ser asombroso.

 

EXPLICACION: TODO ES UNA REACCION QUIMICA

Te reiste, ¿verdad? Pero no es una broma. Es real. Aunque el cerebro ya no esté en funcionamiento, o como en este caso, esté separado del cuerpo, durante un tiempo después de la muerte hay células que siguen manteniendo la capacidad de ser estimuladas.

Durante ese tiempo, las neuronas motoras del músculo, (los nervios que crean el movimiento dentro del tejido y que se activan por señales eléctricas), todavía mantienen una polaridad provocada por las diferentes concentraciones de iones de sodio, potasio y cloro dentro y fuera de la célula.

El potasio tiene mayor concentración en el interior de la célula, y el sodio, por el contrario, tiene una mayor concentración en el exterior de la célula. Ambos iones, los de sodio y los de potasio, tienen carga positiva.

Como en estado de reposo la célula tiene carga negativa en el interior, y positiva en el exterior, el gradiente eléctrico favorece que ambos iones entren a la célula. El gradiente de concentración, en cambio, favorece la entrada a la célula sólo a los iones de sodio. En el potasio, ambos gradientes, el eléctrico y el de concentración se compensa.

Cuando la neurona se activa con una señal eléctrica, se abren unos canales específicos en la membrana celular, que permiten el paso de los iones de sodio, que provocan un cambio de polaridad en el interior celular, que pasa a valor positivo. El equilibrio de gradientes del potasio cambia, y provoca que salga de la célula en respuesta al movimiento del sodio. Al hacerlo, el equilibrio eléctrico se restablece, volviendo a valores anteriores al inicio del proceso (negativo en el interior celular).

Esto es lo que ocurre durante un estímulo nervioso. El equilibrio en iones que han cambiado de lugar se consigue mediante la bomba de sodio-potasio, que mediante el consumo de energía almacenada en los ATPs celulares saca 3 iones de sodio y mete a la célula 2 de potasio. Esta comunicación entre las neuronas motoras provoca una reacción en cadena que se mantiene (en presencia de estímulos) mientras que le sigan quedando ATPs celulares que mantengan la bomba de sodio-potasio en funcionamiento, y consecuentemente obteniendo contracciones musculares.

Los estímulos son recibidos por células sensitivas, que inician el estímulo nervioso, lo transmiten y producen movimientos reflejos (sin la intervención del cerebro) que activan las neuronas motoras según el proceso descrito anteriormente. Otra manera de activar este mecanismo, es simplemente variando la concentración de iones de sodio en el exterior celular (echando sal).


Y no son los únicos casos, en Veracruz me tocó ver como una iguana que habían atrapado para comer, después de cortarle la cabeza, todavía alcanzó a recorrer un tramo por las misma razones