15 de septiembre de 2017

Mara Fernanda Castilla fue hallada muerta


Este viernes, el Gobierno de Puebla informó que Mara Fernanda Castilla Miranda, de 19 años fue hallada muerta, una semana después de haber sido reportada como desaparecida. La joven había salido de fiesta el jueves 7 de septiembre por la noche, según información de las autoridades, el último registro que se tiene de ella fue la solicitud de un auto Cabify desde su celular.


El conducto del coche es el principal sospechoso de su desaparición y muerte y está detenido desde este miércoles.


La última noche de Mara Castilla 

Para la joven de 19 años Mara Fernanda Castilla Miranda, la que debió haber sido una noche más de diversión, devino en la última salida de su vida. El 8 de septiembre, un día después del temblor que estremeció al país, la estudiante de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) acudió con unos amigos al bar The Bronx Al parecer, todo transcurrió en calma dentro del lugar, ubicado en el municipio de San Andrés Cholula.

De regreso a sus domicilios, Mara y sus amigos quedaron varados en un módulo del alcoholímetro, por lo que ella solicitó un taxi de Cabify para llegar a su casa. La joven abordó un auto Sonic, de color negro, conducido por Ricardo Alexis, sin embargo, nunca llegó a su destino final: su hogar.

En un video captado por cámaras de seguridad del Fraccionamiento Torres de Mayorazgo, se aprecia cómo el vehículo llega a la calle Mayorazgo, en donde está el domicilio de Mara, y permanece ahí cerca de media hora. Mientras estaba detenido, en el interior del auto hubo dos destellos de luz y se observa cómo el conductor trató de tomar algo del asiento trasero, donde, al parecer, iba Mara. Enseguida, el conductor puso la reversa y se alejó de lugar con las luces apagadas, pero Mara nunca descendió.

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En 20 minutos

Durante 20 largos minutos, el presunto asesino de Mara Fernanda Castilla pensó qué haría con la joven de 19 años, dormida en el asiento trasero del vehículo de Cabify. Quizá intentó despertarla. Así se explicarían las imágenes del video en que se ve a Ricardo Alexis Díaz prender la luz interior de la unidad y girar para mirar a su pasajera.

Transcurrido ese tiempo, algo zumbó en su cerebro y puso en marcha la unidad. A pocas calles del domicilio de Mara entró a un Oxxo y compró cigarros. Adelante estaba el motel donde la asesinó, pero siguió de largo.

Minutos después se arrepintió y dio vuelta en U para circular por la misma avenida Sur 11. Más adelante se arrepintió nuevamente y dio una segunda vuelta en U. Ya rondaba el motel. Entonces decidió entrar con Mara aún dormida.

Pese a ser un motel y poder entrar con el auto hasta la habitación, Ricardo Alexis salió del coche para pagar. Un empleado se acercó para levantar la pequeña pluma de acceso y trató de observar dentro del vehículo. Era su trabajo. Miró o intentó mirar, pero los vidrios laterales polarizados se lo impidieron.
El Chevrolet Sonic, placas UAY 6418, pertenece a la madre del presunto asesino. Él lo trabajaba y de esa forma se ayudaba económicamente. No había nada extraordinario en su historia. Tenía un empleo, vivía con su pareja, era un hombre normal. O lo fue... hasta que se le presentó una oportunidad de delinquir: una joven hermosa, de 19 años, dormida en la parte trasera de su auto.

En la bitácora del hotel están anotadas sus placas, en las imágenes de sus cámaras aparece su rostro. En el registro que entregó por la mañana el personal de limpieza del motel consta, efectivamente, que faltaban una sábana y una toalla. En el cuarto había huellas de sangre.

El rastro que siguió la policía poblana termina ahí, en el hotel. Ricardo Alexis reparó en algo grave para él: llevaba un teléfono con GPS que podía ser rastreado, al igual que el de Mara. En ese punto el conductor de Cabify apagó el aparato y su huella satelital desapareció.

Lo que sigue en esta historia lo tuvo que deducir la policía. Si bien el sujeto fue detenido el martes 12 de septiembre en su casa de Tlaxcala —donde se hallaron pertenencias de Mara, incluido su teléfono—, nunca aceptó su culpabilidad.

En su declaración espontánea del sábado 9, aseguró que fue la propia Mara quien le pidió dejarla unos metros antes de su domicilio. Mintió. Pronto se detectaron sus contradicciones y fue detenido. Sin embargo, faltaba un elemento fundamental del caso: el cuerpo. Las autoridades poblanas trazaron entonces varias rutas que el conductor pudo seguir tras dejar el motel. La más lógica era el Periférico Ecológico, que lleva kilómetros adelante a un paraje cercano a Santa María Xonacatepec.

Hasta ahí llegó el jueves una brigada de 100 agentes de la procuraduría local para una diligencia. Ese día no hubo éxito, pero la labor continuó al siguiente. Tras horas de búsqueda, en una hondonada, hallaron el cuerpo de Mara. La joven tardó seguramente meses, años quizá, en decidir su traslado a Puebla para estudiar Ciencias Políticas. Su victimario decidió el futuro de ambos en 20 minutos.



Carta a Mara:

Unos días después de su desaparición, Vivien Vázquez, otra joven residente de Puebla, escribió una carta a Castilla, ante los comentarios en redes que la culpaban de lo que le había pasado.

Con permiso de Vázquez, publicamos la carta completa dedicada a Mara Castilla a continuación. 

Mara: Cuando regreses a casa, porque así será, no pidas perdón por haber salido con tus amigos a divertirte, tampoco por haberte puesto linda, no pidas perdón por haber tomado la cantidad que hayas querido tomar si es que lo hiciste. 

Mi niña, no pidas perdón por haberte divertido esa noche, por haber bailado y cantado. Mara, no pidas perdón por haber estado hasta las 4 o 5 am, por haberte querido ir sola, no pidas perdón por haber solicitado un servicio de transporte. Al final de cuentas querías llegar segura. No pidas perdón por haberte distraído en el camino, por quizá haberte quedado dormida, no se te ocurra pedir perdón por confiar en la gente. 

Por ahí leí "seguro ya cogía", si lo hacías, no tienes por qué disculparte. Mara, no pidas perdón por ser mujer. Mara, nosotros te pedimos perdón por juzgarte, por criticar tu vida en todos los aspectos, por hacerte sentir responsable de lo que tú y tu familia no tienen la culpa. Perdón por revictimizarte, por justificar a gente que daña a otras personas haciéndolas sentir que cuando alguien se encuentra vulnerable puede lastimarlas, agredirlas, violarlas, desaparecerlas o matarlas. 

Perdónanos por no dejarte divertir ni disfrutar tu juventud, por querer apagar tu magia. Mara, perdón porque cada vez que hemos hecho esto con alguna mujer hemos acrecentado la creencia de que está bien lo que ellos hacen, de que no pasa nada. 

Mara cuando vuelvas, da gracias, entiende que no hay nada malo en ti, ni en lo que haces. Espero que seas muy feliz. Deseo de corazón que nadie te haya lastimado. Te estamos esperando. 

De parte de alguien que no te conoce, que te quiere de vuelta y que más de una vez ha tenido que gritar "No quiero". 



Bella carta que nunca podrá leer Mara. 

Descanse en Paz


En lo que va del año se contabilizan 83 feminicidios en el estado de Puebla.