11 de junio de 2021
La 4T pierde votantes, ¿Es culpa de la guerra sucia?
Morena perdió 632 mil 286 votos en tres años. Las elecciones cambiaron cierta polarización dentro de las opiniones de la ciudadanía. Aunque Morena esperaba arrasar, la historia fue muy diferente. Aun así, cabe resaltar que siguen siendo mayoría en el país.
En el 2018 Morena fue mayoría y dio un giro a la política mexicana, contando con 2 millones 987 mil 930 de votos, posicionándose como el partido con mayores votantes (sin ser el PRI) en la historia electoral de nuestro país. Obteniendo la mayoría en el congreso, diputaciones, gubernaturas y alcaldías. pero la historia cambió en tan solo tres años, pues Morena tuvo una pérdida significativa de un millón 63 mil votos en Ciudad de México y Estado de México.
De acuerdo a las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), Morena obtuvo un millón 608 mil 183 de votos, teniendo una pérdida de 632 mil 286 votos, a diferencia del 2018. Además de la pérdida de 11 distritos, pero continúa en el poder en 20 de los 32 estado del país.
Y aunque hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció la derrota electoral de su partido, se dijo “feliz, feliz” por la respuesta de la ciudadanía, el cual contó con un 48.43% de participación ciudadana.
Lo cierto es que Morena se ha desestabilizado y perdido simpatizantes, y aunque AMLO y Claudia Sheinbaum han culpado a los medios de comunicación a la guerra sucia de este resultado, lo cierto es que las acciones durante su gestión han tenido mucho que ver.
¿A qué se debió este cambio?
Algunos lo llamaron el “voto de castigo a Morena” otras más buscaban un equilibrio de poder, sobretodo en la cámara de diputados. Lo cierto es que tres años después el proyecto de “juntos haremos historia” ha perdido simpatizantes gracias a ciertos tropiezos que fueron clave para estas elecciones.
Morena llegó al poder con la idea del cambio, de hacer política de forma diferente, siendo nuestra última carta en cuanto a la mejora e ilusión de nuestro país. Sin embargo, las cosas no han sido del todo buenas. Y aunque es cierto que la pandemia ha jugado un papel importante, tampoco hay que negar que la soberbia en la silla presidencial ha influido, además del mal manejo de crisis sociales.
Los tropiezos de la 4T
Uno de sus más grandes desatinos ha sido la postura del gobierno ante el movimiento feminista, el cual cada día cobra más fuerza y relevancia; y no es para menos, México es uno de los países más violentos para las mujeres. Tan sólo en el primer semestre del 2020 se registraron 1,844 homicidios de mujeres, siendo el año más violento en los últimos 30 años, de acuerdo a datos del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Ahora bien, ante una problemática tan sensible, el presidente se ha visto indiferente, pidiendo que no se rayaran las puertas del Palacio Nacional y colocando una muralla que protegiera el recinto durante la marcha del 8M. Así como esta acción han sido muchas y frecuentes durante las manifestaciones feministas.
Y aunque el gobierno se autodenomine “el más feminista de la historia”, las cosas han sido diferentes. No ha tenido relevancia tener mujeres en altos mandos como la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, Olga Sánchez Cordero (titular de la SEGOB), porque mientras se siga gobernando con ideas patriarcales, el cambio no se podrá presenciar.
El gobierno en turno debería replantear su estrategia respecto a temas feministas si quiere mantenerse en el poder.
Eliminación de programas sociales
Otro de los desatinos más grandes ha sido la eliminación de los programas sociales cómo: El Seguro Popular, Apoyo a la vivienda, Atención a Jornaleros Agrícolas, Empleo Temporal, Comedores Comunitarios, Apoyo a la Comercialización, por mencionar algunos, así como la desaparición de las Estancias Infantiles.
A lo largo de su sexenio se han eliminado 12 programas de ayuda para la población, creando descontento y evidentemente desaprobación.
Un discurso agotado
En las mañaneras que se llevan a cabo diariamente, es común escuchar al presidente culpar o señalar a otros por las fallas dentro del gobierno, llamándolos neoliberales y echando culpas. Actitud que en su inicio no era reprochada, pero con el paso del tiempo, parece ya no a ver a quién culpar. Creando molestia por parte de los mexicanos y dando lugar a un discurso sin sustento que parece estarse agotando.
Una tragedia sin resolver
Otra de las grandes causas por el cual Morena perdió votantes fue la tragedia de la Línea 12, el cual fue construido durante el mandato de Marcelo Ebrard, actual Secretario de Relaciones Exteriores y mano derecha de AMLO. Hecho que dejó muy mal parado al gobierno actual, sumado a la poca empatía por parte del presidente hacía las víctimas.
Y bueno, a más de un mes de la tragedia, todavía no ha habido detenidos.
Falta de autocrítica
Y si a todos estos tropiezos se le suma el manejo de la pandemia por Covid-19, la nula inversión a las energías limpias, la rifa del avión, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), obtenemos los resultados de la elección del domingo pasado.
Si Morena quiere seguir en el poder, debe tomar en cuenta todos estos puntos y tropiezos, tener capacidad de reconocer sus equivocaciones y no pensar en qué todos quiere sabotearlos. Hablar de la guerra sucia como responsable de la pérdida de aprobación es una muestra más de la nula capacidad de autocrítica.
Se debe de romper con el delirio de persecución del presidente y realmente comenzar a trabajar por un bien común para todos los mexicanos y no sólo para los que le representan mayor número de votantes.
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