27 de septiembre de 2021

Salvando lo que queda de la investidura presidencial


Este viernes 24 de septiembre desde el púlpito de la mañanera, sin rubor el presidente Andrés Manuel López Obrador, balconeo a Beatriz Gutiérrez Müller, su esposa exhibiendo por televisión a nivel nacional un tuit que ordenó fuera puesto en pantalla y que leyó con un dejo de molestia, pero que ni al caso venia. En fin, a continuación, parte del video


Si penoso fue a principios de agosto ver el tuit en pantalla panorámica y escuchar al Presidente de México leer un majadero montaje que se quiso endilgar al magistrado titular del Tribunal Electoral (cuando la marranada ya había sido evidenciada y desmentida), la proyección el viernes reciente de otro mensaje más vil aún y su lectura en labios de Andrés Manuel López Obrador supera cualquier expectativa de lo que el jefe de las instituciones nacionales es capaz de creer.

Irrepetible, el texto alude a su recitador pero también vomita improperios contra una mujer sin determinar pero a quien AMLO asignó la identidad… de su esposa.

Apenas el 16 de septiembre al Presidente se le había reprochado que repitiera cada uno de los insultos que sus enemigos lanzaron contra Hidalgo.

No es “juarista” ni “republicano” que profiera vulgaridades y leperadas y menos aún que lo haga leyendo porquerías que pululan en el ciberespacio.


Tan reprobable es que lo haga que hasta su diario consentido, La Jornada, le dedicó su Rayuela: “Siempre ha sido, es y será un error repetir el insulto”.

Peor: sin la menor certeza, atribuyó las injurias a uno de los 31 que la Fiscalía General de la República quiere encarcelados por delincuencia organizada:

“No sé si sea cierto, pero uno de los investigadores, supuestamente perseguido, se aventó un Twitter ayer. Ojalá y lo consigamos para que vean el nivel moral, porque siempre he dicho que una cosa es la educación y otra la cultura, y que los grados académicos no son sinónimo de cultura. Se pueden tener altos grados académicos y no tener sensibilidad en lo social ni en lo humano, y no poseer valores culturales, morales, espirituales, porque eso fue lo que hizo el neoliberalismo, también individualizó, dejó sin dimensión social, humana, la educación, la investigación. Ojalá y se pueda conseguir, sí, sí, porque es de uno de estos señores que ofende a Beatriz y me ofende a mí (…). Un grupo predilecto del régimen anterior. Entonces, como ya no se puede mantener estos privilegios, pues ahora se sienten perseguidos. Se llama el señor, sí es real, Aldo Aldrete. Fíjense, éste es uno de este grupo”.

Falso: el ofensor no figura entre los acosados. Se dice “experto” en “seguridad, bioterrorismo y miembro del comité científico de la ONU”. Tampoco aparece en el Sistema Nacional de Investigadores.

¿Cómo es posible que AMLO dé crédito a cuanta porquería se difunde por las que consideraba “benditas redes sociales”?

Igual o peores ofensas les han sorrajado a los ex presidentes y sus esposas, pero solo AMLO comete la imprudencia de tomarlas en serio para capitalizarlas y victimizarse.

Y si vergonzoso es que dé crédito a los agravios que magnifica en sus mañaneras, preocupa sobre todo que las discrepancias con lo que dice y hace las tome como ataques y repita la mentira de que ningún mandatario anterior fue vilipendiado como él.

Tanto que pregona respeto para la investidura presidencial para ser él quien la deshilacha.



Fuentes: Diarios, revistas e internet Investidura deshilachada CARLOS MARÍN 27.09.2021/02:12Comparte esta noticia




AMLO: con la familia sí

¿Cómo es posible que haya dicho en público lo que dijo de su esposa? ¿De verdad, todo un presidente es capaz de reproducir las peores vilezas de un tuitero cuasi anónimo con tal de justificar su ataque irracional a la comunidad científica?

Siempre he dicho que Andrés Manuel López Obrador desafía cada mañana nuestra capacidad de asombro. Aunque lo de hace unos días, parece agotar todos sus recursos histriónicos. O qué puede ser más escandaloso que reproducir letra por letra el mensaje procaz, soez y denigratorio contra la Señora Beatriz Gutiérrez Müller de López Obrador. Y es que, aunque los insultos incluían a los dos, la gran mayoría se dirigían al flanco más débil que es ella. Después de todo, se supone que él, como hombre público, está expuesto por naturaleza; mientras que ella debiera estar protegida del escarnio maledicente de la gayola.

Y es que hay varios porqués:

-No está plenamente probada la identidad del fulano que escribió el tuit en el que nunca, por cierto, se mencionan los nombres ni de su esposa ni del propio presidente que, sin embargo, supuso los destinatarios.

-En todo caso, el agresor no está entre los 31 científicos, investigadores y exfuncionarios del Conacyt a los que el gobierno de la 4T está persiguiendo ferozmente desde la Fiscalía de la Venganza que encabeza su testaferro Gertz Manero. Lo único claro es que se trata de un personaje ínfimo.

-Por qué entonces, el presidente le da tanta importancia. Quién fue el perverso que le enseñó el mensaje y le sugirió reproducirlo en su mañanera, a pesar de su estulticia.

-Cierto que Doña Beatriz pone de su parte. No solo por sus dislates de sobra conocidos, sino por sus insensatos improperios como el reciente de sugerirle leer a un gigante de las letras como Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura.


-Pero nada puede justificar arrojarla a los leones de las redes con la reproducción de un mensaje tan ofensivo y de la peor bajeza.

-Si el presidente lo hizo para compartir el odio que ha provocado en la mitad de la población, sería un acto perverso. Si lo hizo por torpeza o llevado por un consejo insensato y malentencionado mucho peor.

-O es admisible imaginar al dirigente de un país metido todo el día en twitter a ver qué dicen de él. Como si no tuviera enfrente problemas gigantescos: la economía, el desempleo, la pandemia, el hambre de millones, los muertos de la violencia y la escasez aberrante de medicamentos.

-En todo caso, la pregunta inquietante es ¿así, estomacalmente, trata todos los grandes desafíos de México?

A ver: esta no es una anécdota aislada. Confirma y exhibe a un presidente que gobierna no con la razón, sino con sus filias y sus fobias. Y que en sus obsesiones, como su reciente embate al conocimiento, está dispuesto a cualquier cosa, como destapar la caja de Pandora de su familia.

No es un asunto menor. Al exponer a su esposa, está exponiendo también a sus hijos y parientes, sobre los que de por sí llueven todo tipo de rumores y especulaciones. Y que quede muy claro: no somos los medios, es él, el presidente, quien ha puesto en el debate nacional a su familia.

Yo no sé si alguna vez Andrés Manuel consulte el diccionario. Pero hay por ahí una palabra que le convendría leer. Escrúpulo: “Duda o recelo que punza la conciencia sobre si una cosa es cierta o falsa, si es buena o es mala”.

Aldo Rocha AMLO: con la familia sí



No hay comentarios: