"La señora tiene dinero y no tiene nada que ver con el gobierno", dice AMLO de su nuera
"En este gobierno no tienen influencia mis hijos, no se le da contrato a ningún recomendado", dijo AMLO sobre el escándalo de los lujos de su hijo. Ver video del junior
El presidente AMLO justificó el estilo de vida de su hijo en una mañanera, después de la difusión del reportaje, con el argumento de que “no todo el que tiene (dinero) es malvado”, y añadió que José Ramón no era servidor público, lo que contradice a las crónicas políticas que lo ubican como un impulsor de sus amigos para que se incorporen al equipo de trabajo de su padre. Nada dijo del baile de su hijo menor Jesús Ernesto al borde de la alberca de la casa de Houston, difundido en redes sociales, del que puede inferir que el presidente conoce y aprueba el alejamiento de su familia de la austeridad republicana que él pregona.
El Presidente, Andrés Manuel López Obrador, respondió a la polémica suscitada tras la publicación de que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, vive en una mansión valuada en un millón de dólares, en Houston, en Estados Unidos. "En este gobierno no tienen influencia mis hijos, no se le da contrato a ningún recomendado", dijo AMLO sobre el escándalo de los lujos de su hijo José Ramón López Beltrán.
Esta mañana en su conferencia matutina, conocida como "La Mañanera", el Presidente dijo que en el caso del matrimonio de su hijo con Carolyn Adams, “está complicado meterse porque al parecer la señora tiene dinero y no tiene nada que ver con el gobierno".
Ante “el escándalo” de su hijo mayor, López Obrador dice que tiene presente a Francisco I. Madero porque “la prensa lo acabó” y “hay que resistir”.
AMLO arremete vs Loret y Aristegui
Además, acusó que la periodista Carmen Aristegui quiso comparar el caso de la casa de su hijo mayor en Houston, con la Casa Blanca de Peña Nieto.
"Carlos Loret de Mola es un golpeador, mercenario y sin principios", dice López Obrador luego de que publicó un reportaje sobre los lujos de su hijo en Houston
“No somos iguales”, dice AMLO luego de que el periodista Carlos Loret de Mola publicó un reportaje de los lujos del hijo mayor del Presidente, que chocan con los dichos de austeridad.
Al acusar al periodista Carlos Loret de Mola de “golpeador, mercenario y sin principios” y de hacer “un escándalo” por publicar un reportaje sobre los lujos de su hijo José Ramón López Beltrán, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que “al igual que Brozo”, eran una potencia en Televisa “y tenían casi de rodillas a todos los servidores públicos”.
En su conferencia mañanera de este lunes en Palacio Nacional, López Obrador refirió que el personaje de Víctor Trujillo “no era así” cuando lo conoció. “Además es una gente preparada, más inteligente que Loret de Mola. Loret de Mola, ya lo dije, es un golpeador, un mercenario, sin ideales, sin principios, pero Brozo tenía preparación”, expresó López Obrador al recordar que el payaso tuvo “la gentileza” de avisarle sobre la exposición de los videoescándalos de su exsecretario particular, René Bejarano, y el empresario Carlos Ahumada.
El estilo de vida de la joven pareja en Houston, al que se suma una camioneta de superlujo y sus constantes publicaciones en redes sociales, ya le provocaron un escándalo al presidente del que ayer, en su conferencia mañanera no quiso hablar. El tema, más allá del derecho de su hijo y su esposa a vivir como quieran o como les den sus ingresos, es que el presidente critica y cuestiona constantemente en su discurso a quienes gustan del lujo y la ostentación, incluso habla de ello como algo “inmoral”, “superficial”, “individualista” o hasta “aspiracionista”, algo que claramente no es congruente con lo que se observa en fotografías y datos difundidos.
Ayer por la mañana, el presidente tuiteó: “La austeridad no es un asunto administrativo sino de principios”. Doce horas después, una revelación periodística dejaba exhibida la pretendida austeridad de López Obrador: su hijo José Ramón se da una vida de lujo en el extranjero, en casas con cine privado y alberca de 23 de metros, manejando una camioneta Mercedes Benz.
El presidente no se puede zafar del escándalo recurriendo a la vieja frase de que él no responde por sus hijos mayores de edad. Hay dos razones centrales:
El presidente no se puede zafar del escándalo recurriendo a la vieja frase de que él no responde por sus hijos mayores de edad. Hay dos razones centrales:
1.- El estilo de vida del hijo de López Obrador es el que condena sin miramientos el propio presidente en cualquier otro de sus gobernados. El presidente ha criminalizado al que tiene: los “fifís”, dice con desprecio. AMLO pontifica sobre cómo debe vivir la gente. Conmina a sus gobernados a adoptar la austeridad no sólo como forma de gobierno sino como forma de vida. Constantemente señala y sataniza a quienes no viven según estos parámetros: para qué tener más de un par de zapatos, para qué tener coches caros, comer cosas exóticas, para qué estudiar en el extranjero. Y se pone como ejemplo: dice que no tiene tarjeta de crédito, que no tiene propiedades, que vive con 200 pesos en la cartera… “los corruptos son los más extravagantes”. Para López Obrador, el que tiene algún lujo es sospechoso porque seguramente lo obtuvo por alguna corruptela. El presidente no se explica el éxito económico sin la comisión de algún delito. ¿No va a aplicar este raudal de prejuicios a su hijo? ¿La condena no aplica en su familia? ¿De ese tamaño es la incongruencia?
2.- José Ramón López Beltrán escaló su nivel socioeconómico desde que su papá se volvió presidente. Venía de una vida familiar publicitada como clasemediera. En 2018, cuando su papá ganó las elecciones, declaró que no sabía a qué se iba a dedicar, pero que no trabajaría en el gobierno. Y de pronto aparece dándose vida de rico en Houston, como quedó exhibido anoche en el reportaje de Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que remata con una frase en video del propio José Ramón: “Soy el junior de la 4T”.
Después de atestiguar cómo se mueve el dinero en efectivo alrededor de López Obrador, después de ver la vida que se da su hijo en Houston, o haciendo turismo en el mejor hotel de Madrid y esquiando en el más exclusivo resort en Aspen, parece que la imagen de aquel político de austeridad franciscana queda ridiculizada como una más de sus mentiras.
El discurso de la austeridad, los exhortos a vivir con lo mínimo, a no aspirar a nada mejor, quedan al mismo nivel que las promesas de que no habría lujos ni excesos, ni familias que se enriquecieran a la sombra del poder: palabrería.
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