18 de enero de 2022

El INE responde a Morena con “Al chipotle”


Con AMLO la pandemia sigue siendo deprimente, las vacunas insuficientes, la violencia sigue al alza, la economía estancada y una inflación que advierte una posible crisis, mientras el partido del presidente y el instituto electoral llevaron a las redes sociales su choque, el que mantienen desde hace semanas en diversos espacios, incluida la mañanera del propio López Obrador



Como si fuera su regalo de Reyes, en la mañanera del 6 de enero el presidente dedicó largo rato a hablar de su banco, el Banco del Bienestar 

Considerando los 50 mil millones que ya consumió el Banco del Bienestar que no es banco y aún no existe, quizá el INE deba mandarle al presidente una propuesta de cómo ahorrar dinero: alcanzaría para 12 consultas de revocación de mandato. 



A lo largo de este lunes, el partido del presidente, Morena, y el Instituto Nacional Electoral, el INE, se engarzaron en una lucha en redes sociales sobre el costo del instituto, y de las elecciones, que, a decir de los morenos, es el más alto de la región.



La confrontación se inscribe en la lucha, mucho más grande, que el instituto encabezado por Lorenzo Córdova mantiene con la 4T por la organización de la revocación de mandato de AMLO, donde los primeros dicen que no hay presupuesto para realizarla y los segundos acusan dispendios del instituto y posibles vías para la austeridad.

Desde sus cuentas oficiales, Morena difundió una tabla que pone al INE como el órgano electoral más caro de América Latina. Según sus datos, asegura que el INE tiene como presupuesto más de mil 318 millones de dólares, contra su más cercano competidor, el Consejo Nacional Electoral de Colombia, con 247 millones de dólares. Aún el brasileño Tribunal Superior Electoral de Brasil tiene apenas 228 millones de dólares a su disposición.

Dice su tuit: El @INEMexico es el órgano electoral más costoso de toda América Latina y no hace valer la democracia. Les falta voluntad. #INETraidorALaDemocracia


Mario Delgado, líder nacional de Morena, compartió otra gráfica similar y un texto irónico, donde escribe "Yo defiendo al INE, de los excesos y privilegios", en clara mofa a la etiqueta que simpatizantes han utilizado a favor del instituto.



Por su parte, el INE respondió con el hashtag #PerasConPeras y argumentó que otros órganos electorales no tienen las mismas tareas que el mexicano:

"La mayoría de los órganos electorales del mundo no tienen la encomienda de hacer un #PadrónElectoral ni #CredencialesParaVotar con fotografía. En México, el @INEMexico sí tiene esa obligación. Y representa alrededor del 30 por ciento del presupuesto del Instituto. #PerasConPeras".

Después publicó un video con su personaje virtual "Al Chipotle", para "combatir desinformación".

Este es el video:

   



 ¿Por qué AMLO impulsa una revocación de mandato en su contra?


Quizás ganar sea más fácil que liderar.

La respuesta de México a la pandemia sigue siendo deprimente. La vacunación y el acceso a pruebas adecuadas siguen siendo insuficientes. Mientras tanto, la violencia no ha hecho sino crecer: México ha tenido uno de sus años más sangrientos alguna vez registrado y las horrendas imágenes no cesan. La economía ya estaba estancada desde antes de la pandemia y las perspectivas no han mejorado. Una contracción reciente y una inflación histórica advierten la llegada de una crisis.

Todo eso suena como una lista de prioridades urgentes para cualquier presidente, excepto para Andrés Manuel López Obrador (AMLO). De hecho, en los últimos meses, el presidente mexicano ha estado más preocupado por un despliegue casi surrealista de teatro político: la promoción de una revocación de mandato en su contra.


Queda claro que el presidente no tiene ningún plan de abordar los problemas reales. Más allá de su mal manejo de la crisis de salud, se niega a dar el ejemplo más básico, como cuando ignora el requisito de utilizar cubrebocas en público incluso cuando presenta síntomas (el lunes 10 de enero, dio positivo para coronavirus por segunda vez). Mientras aumenta la violencia, el presidente insiste en su estrategia de “abrazos, no balazos”, mientras expande la presencia de las fuerzas militares en la vida pública del país.

A medida que la economía sigue empeorando, López Obrador ha terminado agradeciendo las remesas provenientes de Estados Unidos como salvadoras. Esto sin duda es un extraño giro de los acontecimientos para un hombre que prometió que la migración mexicana hacia el norte terminaría bajo su mandato (de hecho, se ha incrementado).

En teoría, la revocación presidencial de México, una ley aprobada durante el mandato de AMLO, podría cambiar las reglas del juego. En un país donde los presidentes cumplen periodos de seis años, la posibilidad de revocar un gobierno podría generar una rendición de cuentas muy necesaria. Lamentablemente, López Obrador y Morena, su partido político, han utilizado la ley como propaganda.

La popularidad consistente de López Obrador se ha traducido en que ninguna figura importante de la oposición haya buscado recolectar las aproximadamente tres millones de firmas necesarias para iniciar el proceso revocatorio. Esto ha dejado al presidente y a su partido en una posición absurda: promover un proceso contra el cual, acto seguido, lucharían con todo para derrotarlo. En los últimos meses se pudo ver a simpatizantes de López Obrador buscar de forma activa apoyo para la celebración del referendo que podría, de hecho, ponerle fin a su presidencia.

De lograrlo, el intento de López Obrador de iniciar su propia revocación de mandato iniciaría un enorme proceso electoral nacional organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), uno de los órganos constitucionales autónomos del país. Por ley, el INE tendría que instalar mesas electorales similares a las de una elección presidencial. Esto, por supuesto, requiere dinero, y bastante: el estimado es de 3,830 millones de pesos (unos 200 millones de dólares). ¿Que cuál es la sorpresa? El partido Morena, de López Obrador, recortó el presupuesto del INE, lo que limita su capacidad para organizar el revocatorio en los términos especificados por la ley. Esto ha dejado al INE en medio de una lucha para organizar una revocación de mandato solicitada solo por el presidente y su partido, y obstaculizado por… bueno, el presidente y su partido. Es una farsa absoluta.


¿Qué está pasando en realidad? Una combinación de narcisismo político y algo más siniestro: el deliberado desmantelamiento de la confianza en las instituciones independientes de México. Luego de que el INE protestara y advirtiera que muy probablemente tendría que posponer la revocación de mandato por falta de fondos, López Obrador y funcionarios de Morena fustigaron públicamente al órgano electoral. El presidente de la Cámara de Diputados de México, Sergio Gutiérrez Luna, de Morena, amenazó con emprender acciones legales contra los consejeros del INE (luego se retractó). López Obrador denunció y calificó los salarios dentro del INE como “inmorales” (previamente había llamado al órgano, que es una de las instituciones independientes más respetadas de México, una “amenaza a la democracia”).

El INE es una institución respetada y popular creada para evitar incertidumbres en un país marcado por un historial de artimañas electorales. El hecho de que López Obrador esté en la actualidad intentando socavar su apoyo habla más de su intolerancia hacia los organismos de control independientes que de la inexistente corrupción del INE. Ahora, López Obrador ha prometido buscar generar una reforma electoral que debilitaría aún más la autonomía del INE. Si sigue adelante con tamaño disparate, habrá cruzado un Rubicón autoritario.

Quizás, una vez que López Obrador sobreviva a la revocación de mandato de su propia invención, finalmente se dedique a la tarea de gobernar. México, sumergido en una larga lista de retos y problemas muy concretos, exige un gobierno que esté interesado en el ejercicio sensato del poder, no en su acumulación.

 

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