Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc suspendida temporalmente del cargo, ofreció una disculpa pública a los policías auxiliares de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que la denunciaron por agresión, como parte del acuerdo reparatorio que logró tras la investigación en su contra. Al salir del reclusorio Norte, donde logró el acuerdo reparatorio, Sandra Cuevas pidió una disculpa a los oficiales; sin embargo, destacó que no reconoce los hechos como fueron denunciados.
Las marrullerías de Morena y de Claudia Sheimbaun surtieron efecto en contra de la alcaldesa de la Cuauhtémoc que fue vinculada hoy a proceso por robo y abuso de autoridad, ¿Cómo creer que una mujer de un metro 57 centímetros de estatura pudo someter y “robar” a dos lagartones policías armados y cometer los delitos de “lesiones, robo y discriminación”? (Inicialmente la acusaron de “privación ilegal de la libertad”, irrisorio delito que sustituyeron por el de “robo”)
La vacilada de la “discriminación” se deriva de que uno de los acusadores asegura que la señora se refirió como “maricón” a su jefe de jefes, el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch.
Un juez de control de la Ciudad de México vinculó a proceso a Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc suspendida temporalmente del cargo, por presuntamente cometer los delitos de discriminación, robo y abuso de poder contra dos policías capitalinos. La vinculación a proceso se determinó durante la comparecencia de esta mañana en el reclusorio Norte, donde la alcaldesa rindió su declaración a tres días de haber sido suspendida del cargo para realizar la investigación en su contra.
El juez fijó dos meses para el cierre de la investigación complementaria y continuarán vigentes las medidas cautelares como su separación temporal del cargo, la presentación periódica ante las autoridades y la restricción para salir del país, así como no acercarse a las presuntas víctimas.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, terminó vinculada a un proceso penal acusada de haber discriminado, robado y retenido en contra de su voluntad, con abuso de poder, a un par de policías capitalinos.
La historia es un tanto bizarra, el pasado 11 de febrero dos oficiales de policía tuvieron una discusión en la oficina de la alcaldesa, ellos alegan que Cuevas ordenó despojarlos de sus armas, radios y teléfonos celulares, reclaman que se les privó de su libertad por más de una hora al impedirles abandonar el lugar y que, además, fueron vejados y hasta golpeados por ella.
El asunto derivó en una denuncia penal que a su vez derivó en medidas cautelares que han suspendido temporalmente a Cuevas de sus funciones como alcaldesa
Pero, aún sin cárcel, fue vinculada a proceso, lo que podría mantener la medida cautelar vigente y, hasta que se dicte una sentencia, no podría volver a sus funciones.
De acuerdo a la ley, si Cuevas se ausenta por más de 60 días, lo que seguramente ocurrirá dada la tardanza en los procesos penales, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, tendrá que proponer una terna al Congreso de la capital para sustituirla y luego el Congreso solicitar al Instituto Electoral de la Ciudad que convoque a nuevas elecciones a la brevedad.
Es probable que en un par de meses el centro de la polarización política del país radique en la Alcaldía Cuauhtémoc, enmarcada en una nueva elección que será resentida por la oposición como una vendetta y aprovechada por el oficialismo como una nueva oportunidad para imponerse.
¿Qué pasaría si Sheinbaum pierde?, si con todo vuelve a sufrir una derrota similar o incluso peor que la del 2021, ¿se acabaría el sueño presidencial?, ¿terminaría en la lona, en olvido?, ¿resucitaría entonces a Ricardo Monreal y al grupo moderado de la 4T?, ¿le daría un impulso inédito hasta el momento a la oposición?, ¿Adán Augusto López se convertiría en el bueno?
¿Y si la jefa de gobierno entonces sería ya la imparable candidata?, ¿aseguraría Martí Batres su futuro político como el siguiente jefe de gobierno?, ¿sería ya evidente la hegemonía del grupo radical en el poder dado su control y maquinaria?
La apuesta es demasiado arriesgada, ya veremos si los cálculos fueron hechos con precisión quirúrgica o con vísceras panfletarias.
En la apuesta por una nueva elección en la Cuauhtémoc valdría la pena retomar lo publicado ayer en los diarios: Morena cae en la preferencia por la Jefatura de Gobierno, de los 42% que tenía en septiembre ahora tiene solo el 37%.
¿A poco con esos números repetirá como candidata Dolores Padierna? La esposa de Bejarano, el “señor de las ligas”.
Sandra Cuevas está siendo víctima de una evidente persecución política que lleva las firmas de Claudia Sheinbaum y López Obrador, y que está operada por uno de los grupos políticos más corruptos del país: el clan Bejarano-Padierna.
Sandra Cuevas ganó la alcaldía de Cuauhtémoc –el corazón de la Ciudad de México– como candidata de la oposición. Discípula del poderoso senador Ricardo Monreal, ella quería ser candidata de Morena, pero AMLO y Sheinbaum optaron por entregarle esa candidatura a Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, protagonista del primer videoescándalo de la vida política de López Obrador: apareció recibiendo fajos de billetes clandestinamente cuando era su secretario particular. Y ya se sabe que, con López Obrador, lo que el cash une no lo separa nadie.
Sandra Cuevas se fue a la alianza opositora y venció cómodamente a Padierna. Eso caló profundamente en el ánimo del presidente y de su candidata a sucederlo. Lo que hemos visto después ha sido una encendida venganza contra la alcaldesa, una exhibición del uso del poder para quitarle lo que le dieron las urnas: está al borde de la inhabilitación por un nebuloso caso de agresión a policías.
El senador Ricardo Monreal Ávila acusó que detrás de la separación de Sandra Cuevas como alcaldesa de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, están los grupos políticos de René Bejarano y Dolores Padierna, además del gobierno de la capital del país.
El senador fue entrevistado sobre el caso de Sandra Cuevas antes de presentar su libro Reformas para el cambio de régimen, en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y dijo que la alcaldesa es su amiga y, en su opinión, el proceso en su contra representa un exceso de la justicia al cual calificó como “juezazo”, porque no debió ser separada del cargo ya que hay jurisprudencia de la Corte en México.
Aseguró que se trata de una acusación que carece de toda credibilidad porque la señalan de haber cacheteado a dos robustos policías, lo que es inverosímil, pero confió en que librará la imputación.
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