Ayer aquí reproduje un tuit del titular de Desarrollo Económico de CdMx sobre el fallido intento de matar a Ciro Gómez Leyva, colgando a “la oligarquía rapaz y la oposición moralmente derrotada, mezquina, traidora y mentirosa” la capacidad “de pagar un atentado” para culpar a “quienes replican los ataques mediáticos…”.
El funcionario sabe que el replicador mayor es Andrés Manuel López Obrador y alguien debió alertarlo sobre la magnitud de su disparate, porque inútil y cobardemente lo “borró”.
Sin embargo, el Presidente ayer, luego de proclamar que “la única hipótesis que se debe descartar es que nosotros, el gobierno que yo represento, no es (sic: quiso decir sea) un gobierno represor”, hizo suyo el sospechosísimo de su imaginativo camarada:
“Puede ser un caso vinculado al proceso de transformación que estamos llevando a cabo y que no les gusta a algunos (…). También el que grupos contrarios a nosotros, para afectarnos, hayan llevado a cabo un acto con esas características (…).
Dos días antes del ataque a Ciro profirió:
“Hay que seguir informando, no dejándoles libre el terreno. Imagínense si nada más escucha uno a Ciro, a Loret de Mola o a Sarmiento, ¡no! Pues además es hasta dañino para la salud; o sea, si los escucha uno mucho, hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro”.
Pero el viernes pareció sincero al expresar:
“Quiero enviar mi solidaridad, enviarle mi apoyo a Ciro Gómez Leyva, que ayer fue víctima de un atentado. Afortunadamente no hubo consecuencias fatales, graves, y lo celebramos porque es un periodista, un ser humano, pero además es un dirigente de opinión pública, y un daño a una personalidad como Ciro genera mucha inestabilidad política (…). Lo más importante es expresar nuestra solidaridad, decirle a Ciro que no está solo. Y esto lo hago por convicción, porque tenemos diferencias, son notorias, son de dominio público, las vamos a seguir teniendo…”.
Desde su odiadora óptica, las discrepancias con Ciro y muchos otros periodistas y críticos son tan, pero tan abismales, que este lunes volvió a lo que le gusta y mejor hace: injuriar.
“Ya expresamos aquí que nos solidarizamos con él (pero) es del dominio público que nosotros tenemos diferencias con los voceros del conservadurismo, entre los que están, y lo digo con mucho respeto, Ciro y López-Dóriga y Denise Merker y Claudio X. González, aunque no es periodista, pero es empresario, y Loret de Mola.
Y son diferencias que vienen de lejos. Porque dicen: ‘Es que se estigmatiza en las mañaneras’. Ahora se hacen las víctimas (…). Y ni que fueran lumbreras, ¿no?, ni que fueran tan inteligentes. Es que tienen una misión: proteger intereses de grupos (…). ¿Y quiénes apoyaban esas posturas? Estos mismos. ¿Quiénes apoyaron a García Luna? Pues Ciro, Marín de MILENIO, todos ellos…”.
Con tantos enemigos como los que alucina, no quiero imaginar cuántas aldabas, cuántos cerrojos ni cuántos pestillos tendrá la puerta del dormitorio presidencial…
Carlos Marín
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